Ménars

Al pie de la ladera fluye el Loira, con sus orillas salvajes ideales para paseos y rutas de senderismo. Por encima de Ménars, la llanura de Beauce despliega ya sus amplias extensiones de cultivos de cereales. Dividido entre tierras de cultivo y bosques, Ménars sigue siendo un pueblo rural.
A partir de la Edad Media, esta aldea, perteneciente al condado de Blois, se convirtió en un señorío dependiente de la parroquia de Cour-sur-Loire. Ménars se convirtió en parroquia en 1629.

En 1633, Guillaume Charron inicia la construcción de una casa solariega y se convierte en vizconde de Ménars. Su sucesor, Jean-Jacques Charron (cuñado de Colbert) se convirtió en Presidente del Parlamento de París. En 1676, Luis XIV le concedió el derecho de hacer de Ménars un marquesado, que se extendía desde Maves hasta St Claude de Diray.
El castillo fue adquirido en 1760 por la marquesa de Pompadour, que lo amplió y embelleció. Su hermano, el marqués de Marigny, continuó las obras y le dio su aspecto actual. Los mejores arquitectos (Gabriel, Soufflot, etc.) trabajaron en él. Participaron los más grandes artistas (Vinache, Adam l'ainé, Pigalle, etc.). Hoy en día, el castillo de la Marquesa sigue siendo uno de los más bellos del Valle del Loira.

Construida en 1629, la iglesia ilustra el estilo prebarroco. Su exterior sencillo y sobrio contrasta con el coro, que anuncia el gran periodo barroco.
Enclavado en la hondonada de su valle desde la Edad Media, el "viejo" pueblo ha conservado las pintorescas callejuelas, las bellas fachadas, los pozos y los bonitos jardines de antaño. Pero en los últimos treinta años se han desarrollado urbanizaciones que han sabido respetar este entorno e integrarse discretamente en el paisaje.

Como pueblo rural, Ménars está cerca de Blois, de sus servicios, escuelas y cultura. Pero nuestra comunidad ha sabido conservar sus comercios (ultramarinos, panadería-pastelería, carnicería y charcutería, café-tabaco-oficina de correos), sus escuelas, sus artesanos (salón de belleza), sus restaurantes y sus tiendas.Pero nuestra comunidad ha sabido conservar sus comercios (ultramarinos, panadería, pastelería, carnicería y charcutería, cafetería, estanco, correos), sus escuelas, sus artesanos (peluqueros, fontaneros, electricistas, techadores, etc.), sus servicios de proximidad (médico, enfermeras, etc.) y su dinamismo asociativo. Las casas rurales y las pensiones han abierto el pueblo al turismo. Empresas de alta tecnología (SARL APPAOO y Sté SFERIC) se han instalado aquí, creando 150 puestos de trabajo. Como parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO del Valle del Loira, Ménars también garantiza su propio desarrollo.

En Ménars, la historia no excluye la modernidad, la ruralidad acoge a la industria y, sin embargo, la cercana ciudad permite mantener una fuerte actividad económica. Enclavado en la hondonada de su valle, Ménars no es una "bella durmiente"...

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