El castillo de Valençay es excepcional por su ubicación, con vistas al valle del Nahón. Con su arquitectura renacentista y clásica, es uno de los grandes lugares del Valle del Loira, al igual que sus vecinos cercanos Chenonceau y Cheverny. Visitar el castillo de Valençay es como visitar la finca de un diplomático. Charles-Maurice de Talleyrand-Périgord, príncipe de Bénévent, fue a la vez ministro de Napoleón y uno de los más grandes diplomáticos de Francia, que reinó en sus tierras de Valençay.
Rico coleccionista, gran viajero y amante de las artes, su castillo de Valençay es el testimonio de un hombre de gusto.
de un hombre de gusto. Totalmente amueblado y adornado con un millar de objetos preciosos, lleva el sello del refinamiento de una residencia aún habitada.
En el parque, de más de 50 hectáreas, podrá pasear a sus anchas por el Jardín Francés, el Jardín de la Duquesa, la Gran Perspectiva y la Forêt des Princes. Y para los niños, el laberinto de Napoleón, el mayor laberinto de juegos de Francia, el juego de los olores en el Jardín de Antonin y la minigranja. En el castillo, hay libros-juego para los visitantes, así como audioguías gratuitas específicas para los más pequeños.
No hay que perderse: el Teatro del Primer Imperio, una auténtica joya, con sus magníficos decorados y telones de época. Se organizan visitas guiadas y conciertos.
La sala del tesoro ceremonial: inaugurada en 2018, esta sala alberga los objetos más preciados e íntimos del príncipe de Talleyrand: espadas ceremoniales, condecoraciones diplomáticas y trajes de alto dignatario.
Rico coleccionista, gran viajero y amante de las artes, su castillo de Valençay es el testimonio de un hombre de gusto.
de un hombre de gusto. Totalmente amueblado y adornado con un millar de objetos preciosos, lleva el sello del refinamiento de una residencia aún habitada.
En el parque, de más de 50 hectáreas, podrá pasear a sus anchas por el Jardín Francés, el Jardín de la Duquesa, la Gran Perspectiva y la Forêt des Princes. Y para los niños, el laberinto de Napoleón, el mayor laberinto de juegos de Francia, el juego de los olores en el Jardín de Antonin y la minigranja. En el castillo, hay libros-juego para los visitantes, así como audioguías gratuitas específicas para los más pequeños.
No hay que perderse: el Teatro del Primer Imperio, una auténtica joya, con sus magníficos decorados y telones de época. Se organizan visitas guiadas y conciertos.
La sala del tesoro ceremonial: inaugurada en 2018, esta sala alberga los objetos más preciados e íntimos del príncipe de Talleyrand: espadas ceremoniales, condecoraciones diplomáticas y trajes de alto dignatario.