Leonardo da Vinci

Un genio de los tiempos modernos

En 2019 se celebra el quinto centenario de la muerte de Leonardo da Vinci, un genio intemporal que aún hoy sigue fascinando.

Leonardo da Vinci en Francia

Tras brillar en Italia en todos los campos de las artes y las ciencias, Leonardo da Vinci es invitado a Amboise por Francisco I en 1516. Allí pasará los últimos tres años de su vida, bosquejando proyectos arquitectónicos y organizando fiestas fastuosas para el rey y su corte.

Aunque Leonardo da Vinci nació en Toscana en 1452, su excepcional talento para las artes y las ciencias pronto lo llevó a viajar por toda Italia. Alumno del gran pintor y escultor Andrea del Verrochio en Florencia, llama la atención de los Médicis, quienes lo envían a Milán en 1482, donde realizará sus primeras grandes obras arquitectónicas para el duque Ludovico Sforza.

Todo lo que Leonardo emprende, lo consigue con genio. Ecléctico y polifacético, se interesa por los relojes, las grúas, los proyectos de urbanismo o de instalación hidráulica, sin abandonar, por supuesto, sus trabajos artísticos. Por cierto, es en Milán donde pinta La última cena, probablemente su fresco más famoso.

"Libre para soñar, pensar y trabajar"

Prosiguiendo su carrera en Venecia, vive también en Mantua, Roma y Boloña, en donde continúa, entre otras cosas, con la pintura, los estudios anatómicos y los experimentos científicos. Su cuadro La Gioconda, pintado entre 1503 y 1506, le acompañará hasta el fin de sus días. Y cuando, decepcionado por las misiones de poca importancia que le encargan, Leonardo decide dejar Roma para ir a trabajar a Francia, se instalará con su Mona Lisa en la mansión del Cloux d’Amboise, hoy llamada Clos-Lucé.

Cuando invita al genio florentino a Turena, Francisco I tiene una intención muy precisa: si, como buen mecenas, desea dejarlo «libre para soñar, pensar y trabajar», lo nombra «Primer pintor, primer ingeniero y primer arquitecto del rey», porque cuenta con él para organizar fiestas tan extraordinarias como las de la corte de los Médicis.

Así, Leonardo da Vinci se convertirá en “maestro de diversiones”, poniendo en escena las recepciones de la corte, que en aquella época revestían un fasto sin precedentes. Para dichas ocasiones, creará autómatas, asombrosas escenografías (como la reconstrucción de la batalla de Marignan, con 10.000 figurantes disfrazados, o la bóveda celeste surcada por el movimiento de los astros) y suntuosos chorros de agua que embelesan a su noble público.

Los últimos proyectos monumentales de Leonardo da Vinci

Fascinado por Leonardo a quien considera como un padre, Francisco I le encarga algunos proyectos de mayor envergadura, aprovechando el talento del artista para la arquitectura y la ingeniería: así imagina la construcción de un nuevo palacio en Romorantin, que requiere desviar el curso de un río, realiza los primeros esbozos de un canal entre el Loira y el Saona, e inspira la famosa escalera de doble espiral de Chambord.

Tres años después de su llegada a Francia, Leonardo da Vinci, enfermo y debilitado, fallece en el castillo de Clos-Lucé el 2 de mayo de 1519, a los 67 años de edad. Sepultado en el Castillo de Amboise, sus restos yacen hoy en el sepulcro de la capilla de Saint-Hubert. Aunque vivió poco tiempo en Francia, Leonardo da Vinci ha dejado su impronta en la historia del valle del Loira, y aún hoy, cinco siglos después de su muerte, sigue haciendo soñar a grandes y pequeños.