Mi vuelo en globo por los castillos del Loira | Oficina de Turismo de Blois Chambord Val de Loire

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En un campo al borde de un bosque, al norte de Blois, nos preparamos para nuestro primer vuelo en globo aerostático y cumplimos un sueño de infancia. Hemos desplegado la gigantesca lona del globo en el suelo, y Mickaël, nuestro aeronauta, sopla primero aire frío con un gran ventilador y luego aire caliente con el quemador.

La lona se levanta suavemente y el globo se eleva verticalmente, listo para nosotros. Nos sentamos en la pequeña cesta de mimbre y dejamos atrás la tierra. Impulsado por el viento, el globo nos lleva más allá del follaje, revelando Blois y el río detrás. El ruido de la ciudad se amortigua, como amortiguado por una almohada de algodón. Ingrávidos, nos acercamos al corazón histórico de la ciudad real.

Inflado de globos, aquí en Chaumont-sur-Loire

Flotar en globo, sobrevolar los castillos, bordear el río a primera hora de la mañana, entre la bruma y los rayos del sol naciente.

El castillo real de Blois, los tres puentes sobre el Loira y la catedral, soberbios bajo la luz rasante de esta tarde de finales de verano, se revelan ante nuestros ojos bien abiertos…

Nuestro globo sobrevuela el Loira. Por un momento, la cesta roza la superficie del agua, ¡una sensación extraordinaria! – antes de reemprender el vuelo en dirección al bosque de Russy.

Flotamos en silencio, el tiempo suspendido. La cesta coquetea con las copas de los árboles.

Los ciervos se mueven tranquilamente por la linde del bosque, ajenos a nuestra presencia. Sobrevolamos un castillo donde se celebra una gran fiesta, los invitados nos saludan. Luego aterrizamos, como en una nube, en las tierras de una pareja de viticultores que nos invitan a compartir unas burbujas con ellos… El sol abrasador se hunde en el horizonte, nuestros pies vuelven a pisar tierra firme, pero nuestras cabezas siguen planeando.