La basílica de Notre-Dame de la Trinité es un importante ejemplo de arte sacro del periodo de entreguerras. Es el centro mundial de la devoción de las Tres Avemarías, oración recibida en la Edad Media por Santa Mechtilde.
Erigida en la década de 1930 por un grupo de artesanos y artistas de gran talento, las 14 inmensas vidrieras y el majestuoso mosaico del coro irradian bellos colores resplandecientes. El edificio es un suave reflejo de la Virgen María, a quien rinde homenaje.